"SER CULTO ES EL ÚNICO MODO DE SER LIBRE"

si

José Martí

("Maestros ambulantes", en revista La América. Nueva York, mayo de 1884)

lunes, 15 de agosto de 2011

Desvestimiento

Hola!
Hace rato que no escribo nada; otros cuestiones acaparan mi intelecto. Hoy, que renacen mis venas poéticas, dejo un soneto. En realidad, las rimas van a mi aire, y la métrica tambien. No todos lo versos son endécasilabos, pero me gusta el ritmo. Así que no "cojo más lucha" con el tema. A fin de cuentas, así salio. Un soneto modernista. Hay va.
YFD

Desvestimiento

Desviste, mujer, tu torso aclimatado,
para empapar con chorros de ternura
la tersa y blanca piel que a la hermosura
cobija cual tesoro arrebatado.

Permíteme llegar hasta tus cimas,
desplazar el cuerpo al altiplano,
llenar la palma de mi mano
con la savia de tus montes de colina;

que si el empeño a mi vigor fulmina,
y me deshago sobre ti como la espuma,
no será deseo que termina,

sino pretexto lúbrico acordado
para quitar de mi vista la bruma
y arropar tu pecho enamorado.

domingo, 10 de abril de 2011

Por una arquitectura de la liberación (parte 2)

CONSIDERACIONES PARA EL EJERCICIO DE LA CRÍTICA
En la actualidad, los debates teóricos respecto al camino que debe tomar la arquitectura son interminables, en los círculos intelectuales de la arquitectura el debate se centra en la valoración de los aciertos y desaciertos de estas dos tendencias contrapuestas (Movimiento Moderno vs. Arquitectura posmoderna), o en la defensa de cada una de ellas. Los defensores de la Modernidad sostienen que en los fundamentos teóricos de las distintas tendencias no se encuentra una proyección social como en las bases del Movimiento Moderno, lo cual es cierto, pero comprensible pues toda tendencia que se expande esta sujeta a relaciones de poder asociadas al capital y el mercado.
Por otra parte, es real que las prácticas arquitectónicas han tomado caminos pragmáticos y formalistas (preocupados por la forma), --otro argumento de los que defienden a ultranza la “racionalidad” para criticar la “forma por la forma”—; sin embargo el propio Movimiento Moderno cayó en ello, y la idea del  edificio arquitectónico como resultante de la mezcla de ciertos códigos, formales, espaciales, y técnico-constructivos, coherentemente organizados no murió: aun cuando los modernos defendían que sus propuestas se trataban de un método y no de un estilo, en la práctica se llega a reconocer un “estilo Bauhaus” en tanto repiten códigos claramente identificables.
Puesto que igual repetición ocurre con el Estilo Internacional y las prácticas subsiguientes, es posible inferir que toda práctica arquitectónica contemporánea necesariamente desemboca en cierto “formalismo”, o dicho en otra forma, la noción de estilo es una idea que no ha desaparecido del sistema categorial de los arquitectos. Es un aspecto importante a considerar para el ejercicio de la crítica.
En la actualidad muchos teóricos hablan de “tendencias arquitectónicas” en un afán por aludir más a los principios que aglutinan ciertas prácticas que a los resultados espacio-formales en sí mismo; ello es comprensible si se analiza, por una parte, la existencia de una diversidad formal tal que se llega incluso a marcar sellos personales inconfundibles (caso Frank Gehry), y por otra, la imposibilidad de encasillar en una clasificación muchísimas de las obras de vanguardia.
Esta situación supone entonces que el análisis de tal variedad de proyectos debe ser realizado desde enfoques menos clasificatorios y más interpretativo; que la crítica debe tomar posiciones lo suficientemente flexibles y abiertas, libre de dogmas y tabúes, que una correcta valoración de propuestas sólo es posible por el consenso cualitativo-cuantitativo de sus ventajas y desventajas, y no desde estrechos análisis cuantitativos o guiados por una lógica lineal que resultarían más afines con la obsoleta mentalidad reduccionista que con la relativista posición de la sociedad transdisciplinaria.
Dado la falta de consenso, en los escenarios de la academia y de la práctica, la producción arquitectónica sigue viéndose sometida por relaciones de poder-saber bien claras: se defiende la posición del que domina, lo que define que la arquitectura que se realiza mayoritariamente es una arquitectura de opresiones: del inversionista al director de proyecto, del director de proyecto al proyectista, del proyectista al usuario, y del profesor al estudiante. Es una situación mundial, y no queda ajena a ella Cuba, por tanto, ni sus empresas ni a sus escuelas de Arquitectura.
En ese sentido, preciso hacer breve referencia a algunos dogmas por considerarlos necesarios para le tesis que pretendo defender: la necesidad de optar por una arquitectura liberadora, proceso de producción colectiva libre de prejuicios, ofrecedor de libertades de acción; un proceso más volcado a la crítica constructiva que a la negación, a la inclusión de ideas que a su exclusión, actitudes más coherentes con una realidad caracterizada por el hecho de que “…las tradicionales concepciones de la arquitectura como ciencia o arte, necesariamente dejan paso a una nueva concepción definida precisamente por la interacción social…”[i], con una realidad en la que la nueva arquitectura no es más “…una práctica racional, positivista …tampoco el egoísta acto creativo de un artista solitario” [ii], sino una construcción colectiva; un proceso más cercano una realidad donde la inexistencia de un saber único, de verdades únicas queda demostrada en el pluralismo artístico, científico, tecnológico, social, político …que lucha contra cualquier manifestación hegemónica.

HACIA UNA ARQUITECTURA DE LA LIBERACIÓN
La arquitectura de la liberación sólo es posible si se acaba con un sinnúmero de dogmas[iii] que existen tanto en los escenarios de “la práctica” como en los de la docencia, los cuales llevan en realidad a un desaprendizaje[iv] de la Arquitectura, tanto de papel o virtual como construida. Estos mismos dogmas lastran el ejercicio de la crítica arquitectónica hacia la obra de otros, o la nuestra propia.  Algunos de los dogmas a los que debo hacer referencia son los siguientes:[v]
  1. Dogma de la arquitectura única.
Quien tiene el poder siempre defiende que hay una arquitectura verdadera (la que responde a sus principios, la que él hubiera hecho en ciertas situaciones, la solución que “pide” la situación planteada.
  1.  Dogma de los superiores omnipotentes.
Nosotros mandamos, nosotros somos los que sabemos, nosotros siempre tenemos la razón, nosotros les calificamos, nosotros decidimos el camino.
  1. Dogma de los súbditos flojos y desmotivados
Hace referencia a alumnos y profesionales que se contentan sencillamente por cumplir lo mínimo. Con 3 puntos les basta, y se alegran si no viene el profesor. O si ya pertenecen al mundo de la producción no resultan más que “cortadores y pegadores” de proyectos dibujados en CAD.
  1. Dogma  del espejismo y la individualidad.
Probablemente es el más dañino, pues general el egoísmo, la competencia insensata con el pretexto de buscar la originalidad y la necesidad suprema de expresar la individualidad. Se manifiesta en frases como “aquí yo quise, yo quiero esto, yo quiero lo otro, yo, yo, yo… en oposición al papel real del arquitecto: interpretar las necesidades de un usuario y sus características dentro de un escenario determinado.
  1. Dogma  de la bidimensionalidad universal
Presupone que la arquitectura se mide en metros cuadrados, y estos son inviolables; y que se proyecta en planos y alzados: si no esta dibujado no es posible evaluarlo, y la solución está mal.

  1. Dogma  del dibujo asistido por computadora.
Es prioritario del medio docente, y se caracteriza por la reticencia a no aceptar el uso de la computara, sobre todo en los primeros años, con el pretexto que el dibujo manual es, por antonomasia, el recurso de la creación arquitectónica; y que los “renderings” en computadora son “fríos”.
De esta manera, no sólo se crean trabas para la práctica profesional, en la que la computadora es herramienta principal por el ahorro de tiempo, sino que se castiga y somete al estudiante a sentir la vergüenza de hacer dibujos feos, o en el peor caso a que presente dibujos fraudulentos porque otros se los hicieron.

Es en ese sentido que defiendo mi segunda hipótesis: la crítica arquitectónica liberadora será aquella que se despoje de toda visión reduccionista para mirar de manera holista y transdisciplinaria. En los enfoques sistémicos descansa el sustento de la nueva producción arquitectónica.



[i] Urzaiz Lares, Enrique. Op cit
[ii] Idem.
[iii] Preceptos o paradigmas que determinan, condicionan o rigen el quehacer profesional
[iv] Urzaiz Lares, Enrique: Arquitectura, dogmas y desaprendizaje. Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, México, 2005,
[v] Por cuestiones de generalización, me he tomado la libertad de renombrar algunos



BIBLIOGRAFIA
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  • URZAIZ Lares, Enrique.: Arquitectura, dogmas y desaprendizaje, Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, México, 2005.

NOTAS

[1] Urzaiz Lares, Enrique: Arquitectura, dogmas y desaprendizaje. Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, México, 2005, pág. 11
[2] NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE Y LA CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE COMERCIO Y DESARROLLO.: La declaración de Cocoyot: Modelos de utilización de recursos, medio ambiente y estrategias de desarrollo. PNUMA-UNCTAD-ILPES, México.1974
[3] Escobar, A.: Planificación. En: Sach, W. Diccionario del desarrollo. pp. 216-234. 1996; citado por Freddy Delgado.: La transdisciplinariedad y la investigación participativa”, Revista de Agricultura. No. 33/2004, Cochabamba, Bolivia
[4] Morin, Edgar.: Principios de los cambios sociales del Siglo XX. En: Sociología. Madrid, Tecnos. 1995. pág. 387-405 citado por Freddy Delgado, Op. Cit
[5] Se hace referencia a los siglos XVIII hasta la actualidad, considerando la modernidad pre-industrial desde el Renacimiento hasta entonces.
[6] Díaz, Esther.: “La filosofía de la ciencia como tecnología de poder político social”, artículo digital en http://www.estherdiaz.com.ar/textos/filosofia_ciencia.htm (consulta: abril del 2007)
[7]  Bunge, Mario.: Epistemología, Ed. Ariel, Barcelona, 1980, pp29 y30. (Citado por Hernández, Hiram, pág.8)
[8] Hernández Castro, Hiram.: Poder saber: una ciencia política de la liberación, Editorial Ciencias sociales, La Habana, 2005. p.16-17
[9] Cárdenas, Eliana.: Problemas de Teoría de la Arquitectura, Guanajuato, México, 1998, pág. 45.
[10] Entiéndase, sistema de creencias, valores y comportamientos comprometidos
[11] Le Corbusier.: Hacia una arquitectura, Buenos Aires, 1939, pág.125.
[12] Citado por Cárdenas, Eliana en  Problemas de Teoría de la Arquitectura.
[13] Díaz, Esther.: Efectos socioculturales del desarrollo tecnocientífico en Estudios Sociológicos, Colegio de México, México, Vol. XXI, Nº 62, mayo-agosto de 2003. Consulta digital en http://www.estherdiaz.com.ar/textos/tecnocientifico.htm
[14] Gropius, Walter.: Alcances de la arquitectura Integral.
[15] Gropius, W.: “Carta a Tomás Maldonado”, octubre de 1963. citada por Cárdenas, E.: Problemas de Teoría de la Arquitectura
[16] Mendelsohn, E.: Cfr. Banham, R.: Teoría y diseño… pág.172; citado por Cárdenas, E.: Problemas de Teoría de la Arquitectura
[17] Idem.
[18] Cárdenas, Eliana.: Problemas de Teoría de la Arquitectura, Universidad de Guanajuato, México, 1998. pág.98

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