
La izquierda radical mundial cree
que en Cuba no hay lucha de clases; y por eso, mirando desde sus realidades locales,
donde son obvias las jerarquías de unos pocos, defiende con prodigiosa
vehemencia que Cuba es un modelo viable alternativo al capitalismo. Ello
contrasta con que los cubanos y cubanas somos cada vez más consientes de que no
es así, de que por el contrario, cada día son mayores las diferencias entre
unos pocos privilegiados y la inmensa mayoría de la población, cada día son
mayores las diferencias de clases, y por tanto, cada día hay en juego más intereses.
La ciudadanía
cubana ha ido aceptando de un modo u otro esas diferencias económicas; postura
que sin dudas está influida por aquello que consta en el refranero popular:...