Mi voluntad nos crece ante las bajas.
Tú eres la fuerza que mi inercia rompe.
Mi prematura madurez es tu confianza.
Tú, adolescente todavía, llenas mi espíritu.
Mi conocimiento sirve a tu experiencia.
Tus dudas, a mi investigación.
Somos, sencillamente, complemento.
Luego, propóngote un contrato:
Si crees que en parte no soy lo que tú quieres,
como no soy cuanto quisiera ser;
si es mi obsesión ser parte de lo que eres;
no me aceptes como soy: ¡cámbiame!
Y escribamos juntos un capítulo, un epígrafe, una cuartilla,
¡lo que sea! – pero algo.
jueves, 31 de diciembre de 2009
Contrato
6:24
Yasser Farrés Delgado
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