....yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.
José Martí. “Con todos y para el bien de todos”. Discurso pronunciado en el Liceo Cubano, Tampa, 26 de noviembre de 1891
¿Cuántas
personas leerán esta nota? No lo sé; pero, quienes la apoyen, lo harán porque
comparten conmigo el respeto por la condición humana. El respeto por la
condición humana debería ser el principio primero para debatir sobre el
presente y el futuro cubanos, y no el fundamentalismo político que hoy domina
en mi país, evidente en cómo se trata a la disidencia cubana: a ellos y ellas,
convertidos y convertidas en simples “gusanos”, es decir, despojados y
despojadas de toda condición humana tanto en términos ontológicos como legales,
se les puede maltratar y golpear, calumniar y encerrar, ignorar e invisibilizar
ante el país y el mundo.
Es
lo que está sufriendo en carne propia Yeander Farrés Delgado, mi hermano,
miembro del Partido Republicano de Cuba y activista por los DDHH, quien está en
“prisión preventiva” desde el pasado 30 de octubre de 2012 por el supuesto
delito de “desobediencia pública”. Allí ha estado por casi 80 días sin importar
que sea paciente de VIH-SIDA en tercera etapa y padre responsable de dos niños,
uno de 3 años y otro de 11 meses. Allí ha estado sin haber sido sometido a
juicio, sin que se tenga fecha prevista para hacerlo, y además, sin que se haya
facilitado el acceso a su expediente “delictivo” para preparar defensa alguna.
¿Cuál
es el delito cometido por mi hermano? No otro que reportar activamente sobre
los atropellos que se están cometiendo contra quienes piensan como él. No otro
que manifestarse pacíficamente en los espacios públicos habaneros en formas que
en nada difieren de como el 15M se manifestó contra el capitalismo en España,
noticia repetida hasta el cansancio en la prensa oficial cubana. Pero a Yeander
lo tratan como “delincuente” (¡no muy distinto que como a los “perro-flautas”
de la Plaza del Sol!).
Y, ¿qué
antecedentes penales se pueden señalar de Yeander? Ninguno; el único “delito” en que ha incurrido mi hermano es
exigir por la libertad de expresión y de asociación. La detención de mi hermano
es, en realidad, parte de una ola represiva contra la
disidencia cubana que el oficialismo y sus blogueros tratan de ocultar
pero que casos como el de Antonio Rodiles ponen al descubierto. Es parte de un
ocultamiento que, aun así, resulta muy efectivo porque se sostiene en el
monopolio de la información. Contra esto no puedes manifestarte sin exponerte a
ser clasificado como agente de la CIA o terrorista pagado por la mafia de
Miami; o como en mi caso, a que te adviertan que estás mintiendo y “eso se
castiga”, tal como me han hecho saber a través de mis familiares por divulgar
la situación de mi hermano. Ese ocultamiento se concreta, entre otras formas,
en tachar de bulo a cualquier información semejante a esta; estrategia por la
que desde el 1ro de diciembre, un mes después del encarcelamiento de mi
hermano, he tenido que dar la cara y mi nombre para hacer visible el caso.
No me detendré aquí a
relatar las violentas circunstancias en que fue arrestado Yeander, detalles
descritos por él mismo y sus vecinos. Tal información la di a conocer el 1ro de
diciembre de 2012 mediante una carta enviada a mis contactos en Cuba y otras
partes del mundo. Quien esté leyendo esta nota podrá descargarla (aqui),
leerla y decidir si apoya o no la campaña que estoy sosteniendo por la
inmediata excarcelación de mi hermano, para lo cual se puede firmar la
petición en este mismo blog (click).
Me detendré, en cambio, a
insistir en que apoyar la inmediata liberación de Yeander es, ante todo, apoyar
el respeto por la condición humana; postura que debería estar por encima de
cualquier política. Me detendré también en mencionar que todo y cuanto
escribo es mi opinión personal y no refleja la de quienes suelen escribir en
este espacio. Al respecto me interesa destacar lo que dije en mi carta:
“No comparto buena parte de los ideales de
mi hermano, y mucho menos la proyección del Partido Republicano de Cuba al que
pertenece; pero creo que ningún gobierno, sea del signo político que sea, tiene
potestad de privar de su libertad a quienes exigen pacíficamente por sus
derechos a la libertad de expresión y asociación, especialmente si estas no
suponen una agresión o violación de los derechos de otras personas.”
Sí, mi hermano es un
miembro del Partido Republicano Cubano. Y yo, no tengo reparos en declararme
“a-capitalista”, término que uso en el mismo sentido que “a-teísta” para
expresar mi no-creencia en el sistema capitalista, y a la vez, para desmarcarme
de la lectura fundamentalista que hace la izquierda radical sobre el concepto
“anticapitalista” para justificar su violencia contra quienes no comparten sus
ideas; una de las razones por las que tampoco creo en el
socialismo-realmente-existente que estas personas defienden desde una ceguera
patológica.
Precisamente, por esta
convicción he mantenido mi lucha aunando apoyos personales y no favores de
grupos políticos. De hecho, me parece vergonzoso que el propio partido en que
milita mi hermano no haya tenido en estos tres meses un papel activo en
divulgar esta situación; lo que, entiendo, es una medida de cuan poco les
importa. En ese sentido, no me puedo creer que las únicas noticias que han
tenido alguna trascendencia mediática las haya logrado yo sin apoyo material
ninguno, y sólo con la solidaridad de personas concretas y ajenas a la realidad
cubana. Gracias a ellas han sido Granada Hoy
y
El Ideal de Granada (click),
dos periódicos de la provincia española donde resido temporalmente, los únicos
medios oficiales que recogen el problema. Curiosamente, no me han prestado
atención otros medios españoles de más alcance a los que me he dirigido sin
discriminar sus signos políticos.
Creo
que únicamente lograremos en Cuba una emancipación social que respete la
libertad individual si todas las personas participamos activamente, ejerciendo
el derecho que nos asiste en tanto ciudadanía cubana, defendiendo el derecho a
la diversidad, el derecho a la coexistencia; empoderándonos sobre los problemas
de nuestra realidad. Por ello convoco a los cubanos y cubanas, donde quiera que
estén, a que divulguen esta nota tanto como esté en sus manos, no sólo entre
nuestra diáspora sino entre todas las personas que puedan solidarizarse.
¡Por el culto a la
plena dignidad humana! ¡Libertad para Yeander, ya!
Yasser Farrés
Delgado
yasserfarres@yahoo.com.mx
@yafade
17 de enero de 2013
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