viernes, 18 de enero de 2013

Por el culto a la plena dignidad humana: ¡libertad para Yeander, ya!






....yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.
José Martí. “Con todos y para el bien de todos”. Discurso pronunciado en el Liceo Cubano, Tampa, 26 de noviembre de 1891


¿Cuántas personas leerán esta nota? No lo sé; pero, quienes la apoyen, lo harán porque comparten conmigo el respeto por la condición humana. El respeto por la condición humana debería ser el principio primero para debatir sobre el presente y el futuro cubanos, y no el fundamentalismo político que hoy domina en mi país, evidente en cómo se trata a la disidencia cubana: a ellos y ellas, convertidos y convertidas en simples “gusanos”, es decir, despojados y despojadas de toda condición humana tanto en términos ontológicos como legales, se les puede maltratar y golpear, calumniar y encerrar, ignorar e invisibilizar ante el país y el mundo.
Es lo que está sufriendo en carne propia Yeander Farrés Delgado, mi hermano, miembro del Partido Republicano de Cuba y activista por los DDHH, quien está en “prisión preventiva” desde el pasado 30 de octubre de 2012 por el supuesto delito de “desobediencia pública”. Allí ha estado por casi 80 días sin importar que sea paciente de VIH-SIDA en tercera etapa y padre responsable de dos niños, uno de 3 años y otro de 11 meses. Allí ha estado sin haber sido sometido a juicio, sin que se tenga fecha prevista para hacerlo, y además, sin que se haya facilitado el acceso a su expediente “delictivo” para preparar defensa alguna.
¿Cuál es el delito cometido por mi hermano? No otro que reportar activamente sobre los atropellos que se están cometiendo contra quienes piensan como él. No otro que manifestarse pacíficamente en los espacios públicos habaneros en formas que en nada difieren de como el 15M se manifestó contra el capitalismo en España, noticia repetida hasta el cansancio en la prensa oficial cubana. Pero a Yeander lo tratan como “delincuente” (¡no muy distinto que como a los “perro-flautas” de la Plaza del Sol!).
Y, ¿qué antecedentes penales se pueden señalar de Yeander? Ninguno; el único “delito” en que ha incurrido mi hermano es exigir por la libertad de expresión y de asociación. La detención de mi hermano es, en realidad, parte de una ola represiva contra la disidencia cubana que el oficialismo y sus blogueros tratan de ocultar pero que casos como el de Antonio Rodiles ponen al descubierto. Es parte de un ocultamiento que, aun así, resulta muy efectivo porque se sostiene en el monopolio de la información. Contra esto no puedes manifestarte sin exponerte a ser clasificado como agente de la CIA o terrorista pagado por la mafia de Miami; o como en mi caso, a que te adviertan que estás mintiendo y “eso se castiga”, tal como me han hecho saber a través de mis familiares por divulgar la situación de mi hermano. Ese ocultamiento se concreta, entre otras formas, en tachar de bulo a cualquier información semejante a esta; estrategia por la que desde el 1ro de diciembre, un mes después del encarcelamiento de mi hermano, he tenido que dar la cara y mi nombre para hacer visible el caso.
No me detendré aquí a relatar las violentas circunstancias en que fue arrestado Yeander, detalles descritos por él mismo y sus vecinos. Tal información la di a conocer el 1ro de diciembre de 2012 mediante una carta enviada a mis contactos en Cuba y otras partes del mundo. Quien esté leyendo esta nota podrá descargarla (aqui), leerla y decidir si apoya o no la campaña que estoy sosteniendo por la inmediata excarcelación de mi hermano, para lo cual se  puede firmar la petición en este mismo blog (click).
Me detendré, en cambio, a insistir en que apoyar la inmediata liberación de Yeander es, ante todo, apoyar el respeto por la condición humana; postura que debería estar por encima de cualquier política.  Me detendré también en mencionar que todo y cuanto escribo es mi opinión personal y no refleja la de quienes suelen escribir en este espacio. Al respecto me interesa destacar lo que dije en mi carta:
“No comparto buena parte de los ideales de mi hermano, y mucho menos la proyección del Partido Republicano de Cuba al que pertenece; pero creo que ningún gobierno, sea del signo político que sea, tiene potestad de privar de su libertad a quienes exigen pacíficamente por sus derechos a la libertad de expresión y asociación, especialmente si estas no suponen una agresión o violación de los derechos de otras personas.”
Sí, mi hermano es un miembro del Partido Republicano Cubano. Y yo, no tengo reparos en declararme “a-capitalista”, término que uso en el mismo sentido que “a-teísta” para expresar mi no-creencia en el sistema capitalista, y a la vez, para desmarcarme de la lectura fundamentalista que hace la izquierda radical sobre el concepto “anticapitalista” para justificar su violencia contra quienes no comparten sus ideas; una de las razones por las que tampoco creo en el socialismo-realmente-existente que estas personas defienden desde una ceguera patológica.
Precisamente, por esta convicción he mantenido mi lucha aunando apoyos personales y no favores de grupos políticos. De hecho, me parece vergonzoso que el propio partido en que milita mi hermano no haya tenido en estos tres meses un papel activo en divulgar esta situación; lo que, entiendo, es una medida de cuan poco les importa. En ese sentido, no me puedo creer que las únicas noticias que han tenido alguna trascendencia mediática las haya logrado yo sin apoyo material ninguno, y sólo con la solidaridad de personas concretas y ajenas a la realidad cubana. Gracias a ellas han sido Granada Hoy  y El Ideal de Granada (click), dos periódicos de la provincia española donde resido temporalmente, los únicos medios oficiales que recogen el problema. Curiosamente, no me han prestado atención otros medios españoles de más alcance a los que me he dirigido sin discriminar sus signos políticos.
Creo que únicamente lograremos en Cuba una emancipación social que respete la libertad individual si todas las personas participamos activamente, ejerciendo el derecho que nos asiste en tanto ciudadanía cubana, defendiendo el derecho a la diversidad, el derecho a la coexistencia; empoderándonos sobre los problemas de nuestra realidad. Por ello convoco a los cubanos y cubanas, donde quiera que estén, a que divulguen esta nota tanto como esté en sus manos, no sólo entre nuestra diáspora sino entre todas las personas que puedan solidarizarse.
¡Por el culto  a la plena dignidad humana! ¡Libertad para Yeander, ya!
Yasser Farrés Delgado
yasserfarres@yahoo.com.mx
@yafade
17 de enero de 2013




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