sábado, 26 de enero de 2013

“¡Ay, gallego!”, o “Las mentiras de Carlos Tena”

Las verdades a medias, junto con la verdad fuera de contexto (que es otro tipo de media verdad), son peores que las mentiras, ya que pueden convencer más fácilmente al receptor del mensaje con la parte de verdad aportada. Los nazis emplearon en su propaganda (Goebbels fue su alma) desde la mentira directa, la media verdad y/o la verdad fuera de contexto. 

David Welch (1983). Nazi Propaganda
citado en Wikipedia, entrada “verdad a medias”


El pasado jueves 24 de enero de 2013 las 7:00 pm fui a la sede del Centro de Información Científica de la UGR para escuchar la conferencia “Los medios de comunicación frente a Cuba”, que impartiría el periodista español Carlos Tena y  organizaban la “Plataforma de Solidaridad con el Pueblo Cubano” y la Asociación de Amistad Granada-Cuba “Nicolás Guillén”. El Seminario “Otro Pensamiento es Posible”, del Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UGR, la apoyaba logísticamente.
Ya me habían advertido de no perder el tiempo en ir, porque no encontraría más que una horda de los más rancios y dogmáticos especímenes del PCE, y no precisamente a militantes capaces de hacer uso de las potencialidades que, no lo dudo en lo absoluto, sí ofrece la dialéctica marxista. No obstante, fui. Esperaba algún debate sabiendo que varias personas habían salido inconformes (por no decir enfadadas) de la charla que tres meses antes organizó este mismo Seminario, en la que se invitó al Cónsul de Cuba en Sevilla para defender el “sistema democrático cubano”.
¿Qué puedo decir? Lo que esperaba que fuera una “conferencia”, esto es, un espacio donde se aportan datos o ejemplos concretos de manipulación contra Cuba, con el mayor rigor científico y periodístico posible, empezó y terminó siendo un burdo ejercicio de manipulación sobre Cuba (a favor del gobierno). ¡Ni datos ni nada! Carlos Tena, contando su  experiencia de vivir 6 años en La Habana, quiso demostrar entre otras cosas ¡que en Cuba se podía vivir con 450 pesos! (No leen mal, habló de Pesos no de CUC). Fueron casi 45 minutos de medias verdades intencionadas, que es lo mismo que decir completas mentiras y tergiversaciones.
Su exposición comenzó criticando el marcado interés que muestran por Cuba las grandes agencias de prensa internacionales, que llegan a tener reporteros permanentes en la Isla. Así, preguntaba por qué tanto interés en un país tan pequeño, e insistía -lo dijo varias veces- que se trataba del intento por desacreditar un modelo que es alternativo al sistema capitalista porque da a sus ciudadanos todo lo poco que tiene.
Lo que no dijo Tena, es que en Cuba no hay permisos de prensa independiente y que toda la prensa que existe es oficial. Curiosamente, su silencio contrasta con los horrores que sí dijo sobre la prensa oficial y los grandes medios en España (lo que tiene sentido, y la falsa foto de Chávez en El País le vino como anillo al dedo). Contrasta también con la defensa que hizo de los espacios alternativos y los blogueros; algo en lo que, por supuesto, mostró un doble rasero, porque intentó por todos los medios desacreditar a los blogueros cubanos que luchan por un cambio en Cuba y se expresan contra el gobierno. ¿Qué pasa Tena? ¿Que en España sí pero en Cuba no?
Aquí vino otra vez la manipulación: ¡Ya los cubanos tienen acceso a Internet! ¡Ya está el cable venezolano! Otra media verdad que ignora la nota de la Empresa telefónica cubana (ETECSA) publicada unos días antes en Granma, en la que queda claro que para tener Internet falta mucho, y en la que no hay ninguna señal de que las personas comunes y corrientes puedan tener ese servicio en casa. Tena tampoco dijo nada de la corrupción que ha envuelto el caso de la fibra óptica de Venezuela a Cuba.  Más bien, señaló que “…hasta Jamaica con su marihuana llegó el cable venezolano, y ahora lo disfrutan los rastafari”. (El orden de las palabras no fue esa, pero sí hizo alusión a la marihuana y a los rastafari, algo que realmente me indignó mucho porque sentí en ello una fuerte intención despectiva). Según Carlos Tena, la conexión de salida de Cuba es lenta porque aun hace falta un cable de salida. Es lo que,dijo, le explicó un especialista cubano.
La segunda parte de su charla fue todo un cuento de hadas de cuando él vivió en Cuba cobrando el sueldo promedio de los cubanos, los 15 dólares “que tanto insiste una tal Yoani que no alcanzan para viri” –dijo él. Según cuenta este señor, quien dijo querer para Cuba una transición como la española (según sus palabras, en España transición es más franquismo por tanto en Cuba debe ser más castrismo), él vivió en La Habana desde 2003 al 2009 cobrando 450 pesos cubanos.
“Lo difícil fue buscar un trabajo”, afirmó mientras comentaba que los extranjeros sólo pueden hacer algo para lo cual no esté capacitado un cubano (lo que es más o menos verdad); y mientras explicaba que, por su experiencia y lo que sabía hacer, no tuvo muchas más opciones que trabajar en el Centro Iberoamericano de la Música, que está adscrito al Ministerio de Cultura. Allí él podía ser la parte “ibero”, decía antes de contar la anécdota del primer día de trabajo:
-          ¿Tú eres el gallego? ( le habría preguntado el custodio en la puerta de entrada)
-          Sí, yo soy el gallego. (dice que respondió)
Carlos Tena bromeó que, aunque es de Madrid, tuvo que asumir que en Cuba todos son “gallegos”. Después de la broma, llego el nuevo chorro de mentiras o verdades a medias. La primera, es que allí almorzaba muy bien por 1 peso cubano.Me pregunto alrespecto si Carlos Tena sabe que el Ministerio de Cultura puede subvencionar esa comida porque, desde los años 90, tiene un sistema económico privilegiado que se sustenta en los impuestos a los artistas, quienes han sido privilegiados respecto a los demás profesionales en Cuba porque han podido trabajar y cobrar de forma independiente; e incluso, cobrar grandes sumas de dinero en pesos convertibles.
Ese privilegio de un almuerzo relativamente decente no lo tienen las instituciones de base del propio Ministerio de Cultura. El Centro Iberoamericano de la Música no es propiamente una institución de base. Pregúntese que comen en los museos municipales, las casas de cultura y otros centros de base las personas que allí trabajan, tanto especialistas como el resto de la plantilla.
Ese almuerzo tampoco lo tienen la mayoría de las instituciones laborales del Estado, donde ha sido de tan mala calidad que el gobierno de Raúl llegó a decidir que era más rentable dar una dieta de 10 pesos diarios a cada trabajador, para almorzar por su cuenta, que seguir manteniendo los comedores obreros.Como resultado de esta medida, se dio la bochornosa situación en que las personas recibían por este concepto una cantidad que era tanto o más que el salario que devengaban para mantener a sus familias. Además de la mala calidad de las comidas que han ofertado, sobre todo después de los noventas, los comedores han sido siempre el lugar donde más robos y desvío de recursos se comenten; verdaderos sacos sin fondo a donde van a parar los recursos de papá-Estado.
Otra de las burdas falacias de Carlos Tena, fueron sobre el trabajo. “¿Cómo no comprender que los cubanos sean ineficientes y lentos con 40 grados celsius?”, dijo mientras comenzó a lanzar una serie de tópicos pero ni una sola crítica al modelo empresarial, o las jerarquías laborales que llegan a ser verdaderos ejemplos de diferencia de clase. Eso sí, muchas alabanzas al compañerismo: “¡Hasta me hicieron una fiesta de cumpleaños!”, exclamó. No sé si Carlos Tena preguntó a esas personas cuánto costó la fiesta; porque cada botella de ron cuesta entre 50 y 60 pesos cubanos.
Hay en este dato del salario medio otra falacia. Ello no significa que todas las personas lo cobren. Mi madre, por ejemplo, apenas cobra el salario mínimo de 250 pesos (o algo más o menos); que es lo que cobra en general todo universitario durante los dos primeros años de trabajo. salvo los que van a parar a instituciones específicas con alguna remuneración adicional. Y coste que en el 2003 ese salario mínimo era de 198 pesos. 
Otra falacia está en que Carlos Tena no dijo a qué familia tenía que mantener. No se trata sólo de que una persona viva modestísimamente con 450 pesos. Él no dijo cuántos zapatos o ropa tuvo que comprar, cuántas meriendas para que los niños fueran a la escuela, cuántas medicinas que no hay en la farmacia y debes comprar en la diplo-farmacia (las farmacias para extranjeros) cuando tu abuela se está muriendo. Él no dijo cuántas íntimas (tampones) tuvo que comprar en pesos convertibles, porque el paquete de algodón que venden a cada mujer por la “libreta” (cartilla de racionamiento) no alcanza ni para 3 días de menstruación. En fin, entre  otras anécdotas que no meritan que les dedique más tiempo y espacio, Tena no habló de un largo etcétera que los cubanos y cubanas conocemos muy bien.
¡Cuál fue mi indignación ante tanta falacia que quedé desconcertado! Así, fui el primero en pedir la palabra. Pregunté al auditorio si permitirían a que hablara durante ocho minutos un cubano que tiene muchas críticas, ya que habían escuchado a dos españoles hablar sobre Cuba durante ochenta. (Previo a los 45 o 50 minutos de Carlos Tena, había hablado también el presidente de una de las asociaciones para lanzar todas sus difamaciones respecto a los medios internacionales y la disidencia cubana). Sobra decir que el público, esa veterana horda que antes mencioné, no estuvo de acuerdo. “¡Es mucho!”, dijo una señora. 
El coordinador del Seminario finalmente me dio la palabra.  Hice saber que tenía preguntas tanto para el público, el coordinador como el ponente. “¡NO tienes que preguntarnos nada!, dijo alguien del público y unas personas más. Pregunté al coordinador si organizaría una charla mostrando una perspectiva crítica. Un rancio de la horda interrumpió: “¡Organízala tú!”
Dirigiéndome a Carlos Tena, le dije que no iba a discutir sus puntos de vistas, que sólo quería saber si para él todos los disidentes estaban pagados por el Imperio. Pregunté: “¿Hay presos políticos en Cuba?  Y si no los hay, ¿por qué está preso mi hermano, quien sólo ha hecho lo mismo que el 15 M, es decir, protestar pacíficamente, lanzar volantes con consignas, ocupar espacios públicos? Mi hermano que está enfermo de SIDA y tiene dos niños pequeños.”
La respuesta vino del presidente de la asociación: “¿Y cómo sabemos que tienes un hermano? ¿Y cómo sabemos que está preso? Y si es uno, es uno sólo. ¿Por ello vamos a negar al sistema? ¡Cuántos no hay aquí!”. El mismo rancio veterano interrumpió otra vez: “¡Lo que dice es mentira!, ¡Tú y tus amigos que venían contigo vinieron a molestar!”.
Fue cuando Carlos Tena tomó la palabra: “Yo vine a aquí a hablar de la campaña de los medios contra Cuba.” Ante tanto cinismo, me volví hacia el auditorio: “Sigan juzgando a Cuba por la experiencia de explotación que viven aquí.”  Tomé mis cosas y salí.
Todavía no puedo decir con certeza si valió la pena o no ir a ese encuentro. Apostaría a que sí, porque la indignación es la primera fuente de energía para la lucha, y me llevé mucha. Diría que sí también porque, las tres personas que estaban sentadas detrás de mí y salieron antes —esas mismas que el rancio confundió con mis amigos, tal vez porque tenían el mismo color de mi piel—, estaban fuera esperándome para solidarizarse.
Se trataba de dos mujeres y un hombre colombianos que están haciendo una estancia de investigaciones en el Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR. Habían salido con indignación por la actitud del auditorio. Cuando así, se acercaron a mi para mostrar solidaridad. Entre ellas, él me dijo tocándose la nuca: “Soy periodista, estuve en Cuba y todo el tiempo tuve a la Seguridad del Estado aquí detrás”

2 comentarios:

Elena Escudero dijo...

Pues yo estuve en esa charla y el único que miente eres tu, porque Tena dio una soberana lección de lo que debe ser una conferencia, sin olvidar criticas, problemas, contradicciones del sistema y naturalmente la brutalidad que supone el bloqueo, cosa que tú seguramente defiendes.

Yasser Farrés Delgado dijo...

Estimada Elena Escudero. Todo lo que dije es verdad. Carlos Tena se cansó de decir verdades a medias, que como dice el exordio del post, "junto con la verdad fuera de contexto (que es otro tipo de media verdad), son peores que las mentiras". Por solo nombrarte una: a de tres años de esa charla, ¿donde está la famosa fibra óptica y la internet en Cuba?
¿Sabes que Google le dijo a Cuba que le ponía internet satelital gratis y el vicepresidente cubano (Machado Ventura) dijo que no? (Pero no, es que no la quiere ni pagando). En Cuba no hay ninguna libertad de prensa ni de expresión y no la habrá mientras que gente como tú siga apoyando ciegamente a esa dictadura, portura que, en la jerga marxista clásica, es lo más antidialectico que puedes hacer.
Tú dices que seguramente defiendo el bloqueo. Pues te equivocas, presupones mal; típico de los (y las) comunistas fundamentalistas para quienes solo existe el blanco y el negro, para quienes sólo se puede estar con el castrismo o en contra. Pues te equivocas: si te hubieras dignado a leer un poquito, pero un poquito nada más, las cosas que escribo, entonces habrías visto que estás muy equivocada: que ni soy comunista ni soy "pitiyanqui".
No vale la pena escribirte más, pero te dejo dos sugerencias
1. Visita a Cuba de forma independiente, no en las vacaciones que organizan los grupos de solidaridad, y métete dentro de la gente común. No vayas a vivir a casa de esos militantes del partido comunista que viven recogiendo las limosnas que ustedes dejan, y que los conozco bien porque los vi mientras fui líder estudiantil en la FEU y en las Juventudes Comunistas (en cual, por cierto, me sancionaron por ser crítico y exigir respuestas, razón por la que decidí salir de esa organización que está podrida desde las bases, llena de oportunistas).
2. Lee al filosofo latinoamericano Enrique Dussel, para que veas una critica certera y progresista al socialismo realmente existente que tú apoyas.

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